El tiempo de la vuelta eterna te devuelve siempre al presente: bienvenido al AQUÍ y al AHORA, no hay más. Crea tu lugar y momento idílico a través de esta máxima...
No hay que creer que el tiempo transcurrido vuelva a la nada: el tiempo es
uno y eterno; el pasado, el presente y el futuro no son más que aspectos
diferentes —grabados diferentes, si lo prefieren— de un registro continuo,
invariable, de la existencia perpetua.»
Ene Temple Bell, Leflot du
temps, Gallimard, editor. París.
"Para los
discípulos modernos de Einstein, no existiría en realidad más que un presente
eterno. Es lo mismo que decían los antiguos místicos. Si el futuro ya existe,
la precognición es un hecho. Toda la aventura del conocimiento avanzado está
orientada a una descripción de las leyes de la física, pero también de la
biología y de la psicología, en el continuo de cuatro dimensiones, es decir, en
el presente eterno. Pasado, presente y futuro, son. Tal vez es sólo la
conciencia la que se desplaza. Por primera vez, la conciencia es admitida de
pleno derecho en las ecuaciones de física teórica. En este presente eterno, la
materia aparece como un delgado hilo tendido entre el pasado y el futuro. La
conciencia humana se desliza a lo largo de este hilo. ¿De qué medios se vale
para modificar las tensiones de este hilo, hasta llegar al control de los
acontecimientos? Algún día lo sabremos y entonces la psicología se convertirá
en rama de la física. Y, sin duda, la libertad es conciliable con este presente eterno."
(El Retorno de los Brujos. L.
Pauwels y J. Berger)