Las personas crean lugares y los lugares conectan personas
- ¿Qué ves?
- No puedo respirar…
- Te pregunto qué ves, niña, no
si puedes respirar…
- ¡No puedo ver si no puedo
respirar!
- Respira, tranquila, respira…
- No veo nada.
- Ahora puedes ver lo que tú
quieras ver.
- No sé qué quiero ver aquí… Lo
que quiero ver, no puede estar aquí.
- Pues imagínalo. Para eso
viniste aquí, para imaginar y llevarlo a la realidad.
- Aquí todo está en calma…
¿Dónde están los demás?
- ¿Qué demás? Aquí vas a
encontrar pocos “demás”, chica. Aquí cada uno está en su no realidad, y es muy
difícil que os crucéis.
- Y entonces, ¿usted?
- Yo soy yo, no soy lo que tú deseas, sino lo que yo quiero que sea.
Las telas que le cubren ondean
las aguas… los reflejos blancos y luminosos del movimiento invaden a la
oscuridad. Eso me despista. No puedo pensar en nada, no puedo ver nada, sólo
una zona de mayor oscuridad a una incierta distancia lejana, cuyo destino –intuyo-, me lleva a otro
lugar. Posiblemente allí estén todos los demás...